Mi experiencia al “cruzar el charco”

A mi familia y a mis amigos

La verdad es que no sé ni como empezar.

Empezaré así:

Recuerdo que fue exactamente el 16 de Julio de 2007 cuando vi en mi correo el título: Posibilidades de trabajar en Madrid

Esto ocurrió después de estar intentando lograr una transferencia de mi país (México) a España por medio de la compañía, y ese intento duró, meses

Abrí el mensaje, y me di cuenta que lo había conseguido, me estaban ofreciendo el puesto a mí.

Pasaron meses para que pudiera obtenerse la documentación necesaria para mi transferencia, y por fin en enero acordamos que debería de estar por allá los primeros días de abril. EN LA MADRE patria.

Recuerdo perfecto que los primeros días pensaba “Falta mucho tiempo, ni te preocupes”. Pero de verdad que el tiempo vuela, y cuando te das cuenta, ya falta una semana.

Mi último día en la oficina de México

Lugar en donde trabaje durante casi 4 años, no me sentí mal dentro de la oficina, pero al salir, y ver el edificio por fuera, empecé a llorar. Y es obvio porque es una compañía que me ha dado todo desde que me gradué de la universidad, es mi primer trabajo, un lugar donde aprendí a trabajar, y “creo yo”, que gané cierto respeto por mi trabajo, lo cual me hacía sentir excelente. No pude contener las lágrimas estando fuera y caminando lejos. Caminé pensando: gracias por todo lo que me diste, por los amigos, por las vivencias, por la experiencia, por la oportunidad, por la diversión y por todos los apuros de los que me sacaste, porque mi situación económica era fatal. Pero eso es otra historia.

Salí, caminé viendo el Logo de la compañía, y di gracias por todo. A pesar de que en un tiempo vería el mismo Logo pero esta vez en Madrid.

Últimos Días

Los últimos días en México, se realizaron muchas despedidas, y de verdad a todos se los agradezco en el alma.

No sé, creo que fueron momentos en donde se mezclaron tantos sentimientos, que no podía reconocerlos ni yo mismo (amor, temor, felicidad, melancolía)

Pero Cantamos, Bailamos, nos emborrachamos (Yo de verdad que no bebo, o trato de no hacerlo, pero esos días me puse mal hasta no recordar nada), en fin a todos mis amigos, de verdad gracias.

Y finalmente llegamos al peor día, el día de partida.

Aquí es a donde quería llegar, y la razón de que exista este texto que “sin querer”, se alargo bastante.

Recuerdo que desperté y estaba un ángel al lado mío, como ya hace varios meses. Creo que no sabía o no quería recordar que en unas horas estaría subiendo a un avión. La verdad es que no hice nada durante el día, más que ir a un centro comercial.

Y al regresar estaba mi casa con globos y una mesa adornada, con la “última” comida en casa (hasta mi regreso, claro)

Creo que fue ahí cuando todo mi periodo de migración empezó. El ambiente se mostraba un poco melancólico, y puse música. Esperábamos a uno de mis tíos, el cual pudo hacerse un hueco para comer con nosotros él y mis dos primos.

Antes que nada, deben de saber que soy una persona muy ligada a su familia.

La verdad es que creo que el cordón umbilical, jamás me lo cortaron.

Pero para mi impresión, no estaba nervioso o triste, pero tampoco alegre. Por fin (después de mucho tiempo) algo ocurrió, y es que al sentarme en el sillón de la casa, puse mi cabeza en el hombro de mi novia, y simplemente salían lágrimas, empecé a pensar ¡tantas cosas!.

Ella también empezó a llorar, tratando de tranquilizarme, al menos ella me alcanza en unos meses pensé. Me llevo todos los recuerdos de ella, vivir juntos ese tiempo fue increíble.

Después mi papá se sentó en el sillón de enfrente, me vio llorando y fue hacia mí. Lo abracé, como hacía tanto tiempo no lo hacia, y es que quería llevarme todo en la memoria, su olor, su complexión, su voz, todo el sentimiento, quería grabarlo tal cual en mi cabeza para que no se me olvidara nunca. Él empezó a llorar también, diciéndome que era lo mejor para mí, que de esa forma seguiría creciendo, que llegaría a mis metas mucho más rápido, y que a pesar de que todos estábamos tristes, no me preocupara, porque todo saldría bien. Después paso lo mismo con mi mamá, la busque por la casa, y al encontrarla la abracé tanto como pude. Ella me dio las misma palabras de aliento. Y yo, tratando de memorizar todo el momento. Se repitió con mi hermano.

Lloré tanto como pude, para no repetirlo en el aeropuerto.

Llegaron mis primos y mi tío. Y empezamos a comer, como siempre una excelente comida, muy alegre mi familia, muchas risas, mucho amor.

Llego la hora de ir al aeropuerto, 5:20pm, tomamos mis maletas (dos maletas muy grandes) y nos fuimos al aeropuerto. En fin llegamos a la aerolínea y la documentación fue MUY rápida. Así que decidimos tomarnos algo para esperar 1 hora y 30 minutos que teníamos.

De pronto, empezó a llegar más gente para despedirme, llegaron varios tíos, primos, amigos. Nos tomamos una copa, nos sacamos fotos. Y de pronto llego el momento del abordaje. Todos nos paramos con prisa.

La última Imagen

Y al estar en la banda, ese fue el PEOR momento. De pronto dije: “BUENO... ”, y empecé de derecha a izquierda a despedirme, la primera fue una de mis tías, y cuando dije: “nos vemos pronto tía”, empezaron a llorar varios. “TENGO EN LA MENTE PERFECTAMENTE LA IMAGEN” tanto que mientras escribo esto, no pude dejar de llorar. Uno por uno, todos diciendo: te va a ir muy bien, eres un excelente muchacho, un excelente hijo...

Mis padres: La mirada de mis padres... una mirada que me decía: se me va un pedacito de alma, me alejo de las personas que me dieron todo, pero sobre todo, tanto, pero tanto amor. Aquellos dos seres en mi vida que lo son todo para mí.

Despedirme de mi novia y mi hermano fue igual de duro, la verdad es que no puedo describir el momento, y traté que fuera lo más rápido posible para no sentirme peor.

Caminé con mis maletas, saque una foto de todos, y dije: “Adiós, nos vemos pronto”, mandando un beso. Todos estaban tan tristes.

Ya no quise ver atrás. Solamente caminé.

En la sala de espera

Ya en la sala, fue donde todo lo que reprimí durante tiempo, salió.

Y llegaron las preguntas.

¿Qué estoy haciendo?, ¿Por qué me voy?, Aquí yo soy muy feliz, Me gusta mi país, me gusta mi gente, amo a mi familia, amo a mis amigos, tengo un excelente trabajo ¿por qué estoy aquí?. ¿Y si regreso?, ¿Mejor no voy? ¿Por qué no me quedo?

Ya centrándome un poco me dije: Es una buena posición la que te ofrecen allá, probarás cosas nuevas, conocerás mucha gente, profesionalmente crecerás mucho. No seas tonto, no tienes nada que perder, y si no te gusta, es muy fácil, un avión y te regresas, tan fácil como eso.

A pesar de eso las personas me veían llorando, y yo tratando de tranquilizarme.

Al fin dejaron de salir las lágrimas.

Y me puse a rezar (que por cierto hace muchísimo tiempo que no lo hacía), y simplemente ingrese al avión.

Le pedí a Dios dos cosas:

La primera fue, “Por favor, cuida mucho a mi familia”

Y al despegar el avión mandé un beso hacia mi país, lugar en donde viví, TODO, y lugar en el que se queda MI TODO. Lugar en el que se quedo una gran parte de mí.

Horas más tarde ya en el avión, pedí otra cosa.

La segunda fue que Dios me diera una señal para saber que lo que hacía estaba bien (sé que es una tontería, pero la necesitaba), la señal que fuera, para no regresar a México al tocar tierra. Obviamente no esperaba que se me apareciera Dios, o algo DIVINO. Pero alguna señal.

Lo extraño fue que al pedirlo, no pasaron más de dos minutos y el chico sentado al lado mío, me preguntó:

-¿De dónde eres?

-Le mencioné que de México.

-¿Triste verdad?

-Sí

-¿Dejaste a tu familia?

-Si.

-Yo soy de El Salvador, y hace unas horas también me despedí de mi familia. Es muy duro, pero uno tiene que salir adelante, y seguir, para ser una mejor persona, para aprender, para sobresalir, y ellos lo saben. No te sientas mal.

Yo voy a buscar trabajo allá, conozco a un amigo que se fue, sin conocer a nadie, trabaja en una panadería y vive muy bien. Así que yo voy a buscar también en que puedo trabajar, pero tengo miedo que me detengan en el aeropuerto de España y me regresen a mi país, además no tengo nada de plata. ¿Tu también vas a buscar trabajo allá verdad?

-Lo primero que pensé fue, gracias dios mío, casi fue instantáneo de cuando lo pedí, y además el salvadoreño me hizo reflexionar, porque realmente mi situación es MUY afortunada, tanto que no puedo desaprovecharla, pues mi panorama es otro, con trabajo, permiso de trabajo y todo, voy a la segura.

Y finalmente respondí: Si, yo también voy a buscar trabajo, espero encontrar alguno y que no me detengan en el aeropuerto (creí que me hubiera visto mal, sí él estaba en la misma situación emocional que yo, y decirle que yo no buscaría empleo y que yo iba bastante seguro, con un poco de lana y todo)

Ahí termino la plática y ya no supe más del muchacho cuando nos bajamos del avión. Pero de verdad que para mí, aunque suene muy tonto para algunos, fue una señal.

Volábamos por encima de España, y toda la ciudad se veía tan: ROJA. Muchos edificios están pintados en colores que se acercan al rojo, así que para mí la ciudad se ve roja desde arriba. Y si no me creen, hay un programita de nombre earth.

Me dije: ¡Bienvenido a España!

A trasladarnos al taxi, y a ver la ciudad

OJO: Jamás había yo salido del continente. Y se preguntarán ¿por qué pedí el cambio a España si ni siquiera conocía?, La respuesta es NO SÉ, llámenlo LOCURA combinado con dos cosas: facilidad y oportunidad.

Llegué sin saber absolutamente NADA, solo tenía la dirección de donde me darían asilo, personas que por cierto se portaron maravillosos conmigo.

Y pues ya estoy aquí.

La verdad es que ahora veo todos los días la última foto, donde todos lloran. Es mi última imagen de ustedes. Y rezo todas las noches por su bienestar, por su salud, por su felicidad, esperando que todo salga bien durante el tiempo que este aquí, y que al volver a mi país (mi hermoso país), pueda ver a todas las personas que dejé allá, todas las personas que amo y que extraño día con día mientras yo estoy aquí, tratando de ganarme un lugar, del otro lado del charco.

A mi familia y a mis amigos

¡Los quiero y los extraño!

Mau